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ALGO QUE HE APRENDIDO

Cuando comencé este viaje tenía muchos objetivos, muchas cosas que quería aprender. Después de un año, creo que no he aprendido ninguna de ellas. Un poco triste, pero sí creo que he aprendido un poquito de todo y muchas cosas que no esperaba aprender.
Una de ellas es la de esperar menos de las situaciones, no ser tan exigente, buscar más lo bueno dentro de lo malo o complicado, conformarme más.
Las cosas no siempre salen como uno quiere y aunque soy una persona con muy buena suerte y que sabe ver lo bueno, hay veces donde es difícil justificar algunas situaciones.
Algo más que he aprendido es a poner límites, ano tener empatía por las personas en cada situación y a no quemarme. A parar una situación que comienza mal, antes de que empeore. A romper las expectativas de otras personas sin sentirme tan culpable y a exigir lo que es justo. A no amedrentarme. Parece que es ir hacia atrás y ser peor persona pero en realidad, no se va muy lejos con darlo todo y después quemarse rápido.
Hace años que soy una persona sociable, entonces, esto no es tan complicado para mí, pero he aprendido un poco lo contrario, a estar sola cuando hay otras personas y a no tener la necesidad de hablar con elas o a no sentirme incómoda si no hablo. 
A no contar todo lo que te sucede, sobre todo lo malo. A esperar a dar noticias hasta que se sepa el resultado final porque desde la distancia todo problema se ve mayor. A veces es bueno no preocupar a los otros. Nunca había estado de acuerdo con eso de guardarte algunos secretos para ti misma, porque no lo necesitaba. Pero sí creo que hay situaciones y situaciones en las que es mejor esperar. La consecuencia es que no puedes pedir consejos a nadie, tienes que buscar la salida por ti misma. Todo tiene la otra cara de la moneda. En realidad, así es la vida, ying y yang. Todo no puede ser perfecto. Hay que vivir con los problemas y aceptarlos como parte de la realidad. Lo malo es necesario para que lo bueno exista. Lo malo, en realidad, si no te mata o traumatiza, te hace más fuerte. 
Últimamente estoy aprendiendo a dejar de ser tan exigente conmigo misma y a darme más licencias. A no tener que hacer todo perfecto o tener que hacer tantas cosas para sentirme bien. Hay que encontrar un equilibrio en todo. 
Algo que he aprendido sin querer y que ni me he dado cuenta hasta que otros me lo han dicho, es a ver más a través de los detalles pequeños de la vida. A leer entre líneas, a ver los mensajes escondidos.
A hacer lo correcto sin esperar secretamente algo a cambio. A dar porque sí. Porque dar es bueno y el mero hecho de dar ya te hace feliz. Cuanto más das, más tienes. 
A quitar un poco la vergüenza, a hacer el ridículo, a preguntar, a no quedarme sin dudas, a sacarle más provecho a las situaciones. Como decía mi amama solo hay que tener vergüenza para robar. 
a juzgar un poco menos, aunque todavía lo haga. Porque cuando se juzga a alguien no se puede aprender de él. Y todos tenemos algo que enseñar y todos cometemos nuestros errores.
A confiar y a abrirte a las personas que acabas de conocer, ya que cuando viajas un año, todas esas personas nuevas que conoces son nuevas, pero están en momentos importantes o difíciles y a veces necesitas tener con quien hablar en persona y no por teléfono.
A no hacer nada del otro mundo los fines de semana porque estás en un lugar aislado donde no hay qué hacer y a hacer las paces con eso y aprovechas ese tiempo para trabajar en algo. 
A no necesitar conocer cada rincón cerca de ti. A saber que hay lugares bonitos que no te va a dar tiempo a conocer y que cuanto más turismo haces, menos aprendes y menos personas conoces más a fondo. 
A saber que hay otras formas diferentes de hacer todo, pero muchas más de las que imaginamos y que por eso, las cosas no son siempre lo que parecen ni son blancas o negras, hay muchas más tonalidades de las que conocía.
A darme cuenta de lo complejos que somos. Somos mucho más de lo que decimos, hacemos, estamos llenos de contradicciones o no se nos puede catalogar. 
A respetar el ritmo de los otros, a no comprarse y no esperar que todos actúen como yo. Cada uno tiene su camino y cada persona se da cuenta de las cosas, solo en el momento adecuado. Como me dijo mi amiga Cami ¨No adelantes el proceso¨.

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